Varias organizaciones no gubernamentales (ONG) de Hungría denunciaron este acto por parte de los cuerpos policiales.

“La policía prohibió el evento citando la reforma legal de marzo, que prohíbe celebrar manifestaciones que representen la homosexualidad o las minorías sexuales que ‘puedan significar una violación de los derechos de los niños'”, informaron las ONG en un comunicado conjunto.

En marzo, el Parlamento húngaró aprobó un proyecto de ley que prohíbe cualquier desfile del orgullo, marcha de la diversidad o pride. Aún más, la nueva ley permite a las autoridades imponer multas a quienes los organicen y participen en ellos, así como utilizar software de reconocimiento facial para identificar a quienes asistan.

Desde la aprobación de esa ley, esta es la primera vez que la policía la emplea para detener la realización de una manifestación, alegando que en el texto se prohíben las reuniones que promuevan el cambio de sexo o la homosexualidad, así como la participación en ellas. Acudir a un evento de este tipo puede significar una multa de 500 euros para los asistentes.

La ley, promovida por el gobierno ultranacionalista de Viktor Orbán, ha recibido amplias críticas de organizaciones, agencias y autoridades europeas. 

Amnistía Internacional la catalogó como un ataque frontal a la comunidad lgbtq+ y una violación flagrante de las obligaciones de Hungría de prohibir la discriminación y garantizar la libertad de expresión y de reunión pacífica.

“En vísperas del 30 aniversario, en junio, del Desfile del Orgullo de Budapest, esta dañina prohibición hace retroceder el tiempo tres décadas”, manifestó esa ONG en marzo cuando se aprobó el proyecto.

Para la Unión Europea, la prohibición de la marcha representa un ataque a los derechos de las minorías. La Comisión Europea anunció en abril que analizará la reforma legal y evaluará tomar medidas contra Hungría.

A pesar de la ley y la amenaza de sanciones, el desfile del orgullo en Hungría está planeado para el 28 de junio, como acto final del mes del ‘Budapest Pride’.

La comunidad lgbtq+ ha sido uno de los flancos del gobierno de Orbán, que llegó al poder en el 2010. Dese entonces ha limitado legalmente los derechos de la comunidad e incluso se están discutiendo posibles medidas para  restringir aún más la actividad de las ONG y organizaciones civiles, e incluso permitir su cierre.

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